sábado, julio 29, 2006


Esta creación me simboliza completamente... es como un epíteto perfecto de mis años anteriores, sumido en soledad, desamparo... ¿se han dado cuenta que los adolescentes sólo escribimos acerca del desamor, del sufrimiento? es como un espejo de nuestra frágil conciencia y nuestro noble corazón... vemos todo oscuro, como que el mundo gira solo y nuestra existencia es una anécdota entre tanta soledad preexistente... pero cuando llega la "inocente melodía" (como lo llamo yo) se transforma todo, florece un esplendor distinto, diverso y adecuado, que desata los flagelos del recuerdo... es la búsqueda de una identidad que hasta ese momento es desconocida, el paso de la adolescencia a la juventud plena; y de pronto, cuando llega, acaba con los desamparos, las tristezas y las dudas, dotándonos de una gran capacidad de análisis y un apego a lo terrenal y material, en desmedro de los sueños y los anhelos infantiles, que son en definitiva los que nos marcan en la vida... si los cumplimos somos felices, y si no... cuando ancianos vemos las consecuencias...

Soy la Soledad

Como las cenizas imperantes de la vida,
Algo como el mar, triste como el viento,
Doce campanadas de bondades por la tarde,
Doce soledades tremolando sentimientos.

Hoy se está escribiendo mi caudal de plata,
Hoy te vistes pura y pusilánime, silente,
Son aquellos truenos desafiando a mi tristeza,
Son los mil recuerdos que llegan de repente.

Soy un individuo con cuatro corazones,
De los cuales cero son como yo.
Y es que no me entiendo, yo ya estoy cambiando,
Hoy se nos marchita la hermosura del amor.

Hemos decidido convocarnos a lo lejos,
Una brisa triste me consuela junto al mar.
Dime si me amas, dímelo hacia el viento,
Este sol conoce mi principio y mi final.

Él sabe que vivo sólo por tocarte,
Y que cuando llega la inocente melodía
Todas mis pasiones son intransigentes,
Todas estas noches se hacen día...

jueves, julio 27, 2006





Es mi etapa favorita del día... como a las 7 de la tarde entramos en conexión directa un lápiz, mi cuaderno, una música lenta, un tazón de café y yo... me produce una sensación de placer extrema, que transforma mis dudas en un soplo cauteloso y tímido de alegría, invitándome a estar cerca, a hacerme parte y a escribir una historia con gotas de sangre... sólo espero que sean las 7, para decirle a mi existencia que la amo con locura y pasión mediante mis eternos y fieles mensajeros...







Café

No es lo mismo el té que el café,
Sin mis ganas de tocarte
Ni el fulgor de tu piel.
Me atraes por la noche para darme calma,
Abrazarnos en sonrisas traficadas
Y volar por los espacios de tu ausencia.

No es lo mismo tu mirada que tu risa,
Bajo seriedades falsas
La mía es mejor en la vida.
Adelante van mis sueños y mis tardes grises,
Elevámonos en gritos de confianza
Y nos vamos de la música y el baile.

Te acercas a mí como sabes hacerlo,
Conquistando mi imagen fervorosa
Y mis años de protesta inadecuada.
Llegas a mí desde el viento escarnecido,
Desde un copo de nieve maldecido,
Desde nubes fabulosas y doradas.

En eso te miro tan sensual y tan divina,
Tan intensamente pura y transhumante,
Cabalgando en una brisa salina.
La sombra de la noche es incesante,
Mas desato tus tus ropas, tu pelo y tus caricias
Y nos hacemos uno en fuego gigante.

La hostil melancolía es parte del recuerdo,
Nada puede interrumpir nuestro romance.
La triste melodía que tremola sentimientos
Se acongoja y se dilata en gran avance.

miércoles, julio 19, 2006


Te esperé

Te pensé, te imaginé
Penetraste el límite horizontal de lo vulgar
Y elevaste tu recuerdo a la altura de mi voz.

Te confiezo que he viajado.

Tu silueta me llevó hasta el infinito,
Me llevó de repente, como un copo de nieve,
Me llevó, me introdujo en un silencio marchito,
Me sedujo y me invitó a buscar atardeceres.

Te soñé, te esperé,
Pero el mar se equivocó de naufragio,
Tu mirada desnudó mi universo,
Las esquinas de la muerte y mis espacios
Rememoran las flaquezas del silencio.

Un soplo de esperanza se condensa,
Desde el pensamiento se transforma en llanto.
Cuán amplios los rincones de encanto,
Cuán viles los espacios de tu ausencia.

La distancia se rió de mi certeza,
Me llevó hasta los límites de lo prohibido,
Y derribó las murallas de lo establecido.

Te fuiste, desapareciste,
Mi habitación llana y vacía reaccionó.
El viento me golpeó como a las rocas,
El sol debilitó mis energías
Y el recuerdo se hizo espada punzante.

Te fuiste por entre mis entrañas,
Quebraste mi inocencia pervertida,
Evocaste un canto triste de mañana
Y viajste de boca en boca buscando vida.

Elegiste despedirte de tu guarida,
De tu casa, de tu mítica semilla,
Te escapaste de mi hechizo, de mi estela
Y me dejaste preguntándole a la vida
El por qué de tu naufragio a ultranza,
El por qué de tu silente despedida.

Nadie tiene ganas de pensar en nadie,
Todo es gris, todo está ausente por tu ausencia.
Mis entrañas se consumen y se enervan cual rocío
Que se monta sobre el lecho de la muerte.

Mas mi franca beatitud se compone de tu risa,
Mi semblante está caído, como al pasto la lluvia,
Mi respiración y mi hálito de vida, mi sentir,
Mi exageración, mi rutina, mi pasado y mi presente,
Mi ser y mi esencia me conducen a ti...

Y si decides volver, si tu mano no ha olvidado a la mía,
Si tu risa se ha quedado junto al atardecer,
Si tu boca aún siente mis caricias,
Tu espacio dentro de mí se mantiene inalterable
Y mi puerta volverá a abrirse, como ayer.