jueves, julio 27, 2006





Es mi etapa favorita del día... como a las 7 de la tarde entramos en conexión directa un lápiz, mi cuaderno, una música lenta, un tazón de café y yo... me produce una sensación de placer extrema, que transforma mis dudas en un soplo cauteloso y tímido de alegría, invitándome a estar cerca, a hacerme parte y a escribir una historia con gotas de sangre... sólo espero que sean las 7, para decirle a mi existencia que la amo con locura y pasión mediante mis eternos y fieles mensajeros...







Café

No es lo mismo el té que el café,
Sin mis ganas de tocarte
Ni el fulgor de tu piel.
Me atraes por la noche para darme calma,
Abrazarnos en sonrisas traficadas
Y volar por los espacios de tu ausencia.

No es lo mismo tu mirada que tu risa,
Bajo seriedades falsas
La mía es mejor en la vida.
Adelante van mis sueños y mis tardes grises,
Elevámonos en gritos de confianza
Y nos vamos de la música y el baile.

Te acercas a mí como sabes hacerlo,
Conquistando mi imagen fervorosa
Y mis años de protesta inadecuada.
Llegas a mí desde el viento escarnecido,
Desde un copo de nieve maldecido,
Desde nubes fabulosas y doradas.

En eso te miro tan sensual y tan divina,
Tan intensamente pura y transhumante,
Cabalgando en una brisa salina.
La sombra de la noche es incesante,
Mas desato tus tus ropas, tu pelo y tus caricias
Y nos hacemos uno en fuego gigante.

La hostil melancolía es parte del recuerdo,
Nada puede interrumpir nuestro romance.
La triste melodía que tremola sentimientos
Se acongoja y se dilata en gran avance.