viernes, julio 11, 2008

Felicidad


Felicidad

te escondiste detrás de un rostro

que no he visto

ni conozco.

La soledad

es una daga ambivalente

y me destruye

poco a poco.


Te escondiste detrás de un amor

que no habla con palabras

ni con versos predilectos.

Te hiciste tan fugaz y prescindible

como una estrella en el inmenso

corazón del universo.

Me aparece tu figura,

tu canto triste

de no haber encontrado en mí

las destrezas justas que me conducen

al color de tus ojos.


Felicidad

te hiciste parte de un coloquio

interminable

y delirante.

Las pasiones

son como excusas de un silencio

fulminante,

reticente.


No quiero tener más que ver

con el recuerdo de tus manos

en las mías.

No quiero empezar a pensar

en lo que fuimos tú y yo

junto al viento

y la felicidad en derredor.

No quiero sentir ese frío

que congela los huesos fracturados

por tanto amor del pasajero,

ese que se escabulle por montañas

y por cerros que naufragan en mi mente

como paisajes rotos

que adornaban la pureza de tu encanto

en las palabras de tu boca.

No quiero sentir nuevamente

que deberé fenecer

junto a un montón de hormigas

bajo la tierra

y con un corazón de piedra.


Te tuve en mi mano,

como quien sostiene

un regalo del viento.

Te vi partir de repente

como un trozo de aire

por entre mis dedos.


Te escondiste entre los años

de mi espera inadecuada,

junto al infantil deseo

de amar con el alma.

Me miraste de cerca,

mas no supe encontrarte

entre las circunstancias

y los rostros de personas

por entre los que te escondiste.

No logré entender si eras mía,

o si sólo eras parte

de un montaje del destino.

Pero apelo a mis ganas

de buscarte nuevamente

en los fragmentos de mi decadencia.

Te sentí como parte de mí mismo,

como mi razón de ser,

como la justificación de mis locuras,

como mi felicidad.


Tú eras mi felicidad.


Me siento decadente

junto al mar de mis memorias,

de mis pasados de gloria

y de mi oscuro presente.

No quiero sentir que soy

uno más que perece

bajo el odio de mí mismo,

de mi suerte y de tu ausencia

y de la misma y caprichosa

felicidad.