miércoles, enero 24, 2007

Escrito pensando en aquella mujer que logró atravesar mis barreras, predispuestas a un "no" que parecía eterno. Gracias por estar ahí, por ser parte de mi existencia que, en estos momentos, sólo anhela tu presencia.


Salida

Miro hacia el infinito.

Deambulas por el ocaso del silencio,
Naufragas en el viento de la tarde
Que nos ve sellar la historia que escribimos.

Tu alma me hace falta.

En aquel instante te vi,
Y logré atravesar tu pecho adolescente
Para encontrarme con la esencia de tus manos.

Y me perdí en el universo.

Jamás pudieron encontrarme en plenitud,
Solamente hicieron caso a la receta
Que parece ser el camino fácil.

Y te busco en las caricias del recuerdo,
Porque ya no estás junto a mí.
Te llevaste mi bienestar,
Mi esencia, mi esperanza, mi paz.

Has dejado vacíos poderosos
Que me hieren, me estimulan y me calman.

Es la hora de huir,
De pensar en la fragilidad de la vida
Y animarse a no pensar.
Pero tu voz me persigue,
Tus ropajes sueltos en mis manos
Me devuelven el aroma a tu cuerpo.

Y te pienso a cada instante.

Sobre el fin de la esperanza y el recuerdo
Apareces presurosa y principiante,
Invadiendo mis espacios terrenales
Y cambiando mi hambre por sed de ti.

Te apoderas del ambiente
Y todo huele a ti.

Mis pensamientos son claveles dirigidos
Que anhelan tu silueta entre mis manos.

Te veo en cada rincón,
En la soledad inmensa
De un otoño como el nuestro.

En la inmortalidad
Te vistes de infinita para no saberte,
Para confundirme entre mis miedos
Que con valor desean tus besos.